miércoles, 30 de diciembre de 2009

jueves, 17 de diciembre de 2009

                           
             PAISAJE
       CASTELLANO  
                                                                     
   Campo de pan llevar abierto y raso
 y de espumoso albillo de garrote,
como los cruzara Don Quijote
y los enalteciera Garcilaso.
   Monte de leña arder, en leña escaso;
pueblo desolador, de misa y pote;
viejos de grave andar y ancho capote;
viejas de mal gruñir y lento paso.
   Mozos ennegrecidos en la era;
mozas encanecidas en el huerto;
un pastor, un zagal, una chiquilla...
   Los trigos tienen un color de cera.
Los pueblos tienen un olor a muerto...
¡ Y aquí he nacido yo ! ¡ Y ésta es Castilla !

                               MARCIANO   ZURITA

13 marzo 1922

http://hees/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1922/03/19/005.htmlmeroteca.abc.


           RETORNO

   En busca de alivio para mis dolores
llego a tí anhelante y apesadumbrado.
Como cuando mozos, en tiempos mejores,
déjame, condesa, sentarme a tu lado.
   Me fuí de tí un día como aventurero,
y hoy vengo a buscarte como arrepentido...
Quizá ya no deba decir que aún te quiero;
pero sí decirte cuanto te he querido.
   Traigo la escarcela limpia de doblones
y las trusas rotas y descoloridas.
Tengo el alma llena de desilusiones,
y el cuerpo y el alma cubiertos de heridas.
   De mis malandanzas y mis desatinos
verás en mi boca la queja sincera;
del polvo que ofrecen todos los caminos
te hablará la nieve de mi cabellera.
   He sufrido mucho y he gozado poco.
Todos los combates curtieron mi frente.
Y unos me tuvieron ¡ vive Dios!, por loco
y otros me tuvieron ¡ay, Dios! por valiente.
   Si las valentías o si las locuras
guiaron mis pasos, no lo sé de cierto.
Lo que sé es que dentro de mis aventuras,
pensando en tus gracias estaba yo muerto...
   Con todas mis ansias tan adoloridas,
te ruego hoy, lo mismo que en tiempos mejores,
que pongas tus manos sobre mis heridas
y pongas tus ojos sobre mis dolores...

                                         MARCIANO  ZURITA.
                                                   12 Diciembre de 1926, ABC

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1926/12/12/005.html

  

sábado, 5 de diciembre de 2009

     AMAPOLAS
          Amapolas,
 trémulas gotas de sangre,   
 que enrojecen la dorada
 levadura de mis panes.
          Amapolas,
 nacidas en mis trigales,           
 entre espigas que mañana
 serán hostias, y hoy son cálices.
          Amapolas,
 rojos labios que se abren
 en mis pálidos barbechos,
 como risas estivales.     
          Amapolas,
 risas ígneas de mi carne,
 que está encendida de amores
 y seca de soledades.      
         Amapolas,
 lágrimas de fuego que arden
 en la lucha de mi vida  
 y en la paz de mis altares.
         ¡ Amapolas,
 trémulas gotas de sangre
 que los surcos de mis venas
 dan a los de mis trigales !

                MARCIANO ZURITA

http://hemv/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1925/07/12/005.html AMAPOLASeroteca.abc.es/na









jueves, 3 de diciembre de 2009

              DULZURAS                          

  Colmenares carrioneses,
con qué amor vuestros panales
regaláronme sus mieles.
  Con todas vuestras abejas
he ido formando el enjambre
de mi espiritual colmena.
  El tomillo de mi vida
tiene en su tosco ramaje
dulzura de poesía.
  Mis labios, como el romero,
respiran una fragante 
suavidad de humildes versos.
  Mi frente, como aurora,
tiembla con trinos de aves
y vuelo de mariposas.
  En mi corazón se funden
todas las sonoridades
y todas las dulcedumbres...
  Y es que a pesar de que el alma
viene hace tiempo empapándose
en lo amargo de las lágrimas,
  aún guarda el pecho las mieles
que libé en vuestros panales,
colmenares carrioneses.                   
                                
                     Marciano Zurita.  

lunes, 30 de noviembre de 2009

SERENIDAD



   SERENIDAD

       Noche de luna en el cielo,
  noche de luna en el alma.
      El cielo y el alma tienen
   hondas castidades blancas,
 y tiemblan con una misma
cordialidad espontánea.
        Mis ojos son como estrellas
  ungidas y embelesadas;  
       como una estrella es mi frente
   inquieta, febril y pálida,
    y cuando al cielo mis manos
anhelosas se levantan, 
     son como estrellas que abren
    sus cinco trémulas aspas...

       Noche de luna en el cielo,
  noche de luna en el alma.
       Mis pasos van por la noche
   dejando una huella blanca,
    que en la tierra silenciosa
     es como una Vía Láctea.    
     Hay en mi huerto sombrio
  menudas flores de acacia,
   que son estrellas dormidas
   sobre la noche del alma...
     Florecillas como versos,
    donde pusieron mis lágrimas
    las perlas de su rocio,   
           puras, ardientes y amargas...   
    
          Noche de luna en el cielo,   
  noche de luna en el alma.
     Como dos bellas monjitas
  virginales y extasiadas 
       el cielo y el alma a un tiempo
 rezan, sonrien y cantan.

              Marciano Zurita


  


EL LLANTO DEL BUFÓN


CEGUERA


 CEGUERA

       Tus ojos quieren guiarme
  y no me dejo guiar.           
           ¿Qué caminos pueden ellos          
     abrir en mi obscuridad?       
  
                Yo voy buscando las rutas       
fragantes del ideal,          
       y esas rutas en tus ojos          
            nunca las podré encontrar.           

                 Tus ojos negros y ardientes       
           son abismo y son  volcán,           
         y de volcanes y abismos           
           yo nunca me he de guiar.           

               Cuando tus ojos consigan       
tener la diufunidad          
         de las estrellas, entonces         
 yo me dejaré guiar.        

                                Marciano Zurita


lunes, 23 de noviembre de 2009

                              XXIX
                          MADRID

  Carcajadas, piropos, pendencias y cantares.
Mucho sol, mucha gracia, mucha luz, mucha gente.
Abajo, como un siervo, el río Manzanares,
y arriba, como un rey, el palacio de Oriente.
  Dos cúpulas de fuego, San Andrés, San Francisco,
que evocan el recuerdo de los inquisidores,
y un agudo puñal de piedra, el Obelisco,
que habla de los chisperos y de los curtidores.
  En todas las ventanas un tiesto de claveles;
en todos los claveles la luz de una sonrisa,
y en todas las sonrisas un beso de mujer.
  Novios bajo los arcos de todos los dinteles,
chulos que van despacio, chulas que van a prisa,
el auto de un ministro y un coche de alquiler...

                                           Marciano Zurita
                               

domingo, 22 de noviembre de 2009

                      VERANO

  Tarde agosteña. Bajo la pesadumbre del bochorno
los seres y las cosas adurmiéndose van...
Es esta tarde ígnea como un inmenso horno
donde se tuesta el campo como un inmenso pan.

  Todo está ardiendo. Todo tiene un color rojizo
de trébede, de hoguera, de ara y de crisol.
El pecho de Castilla, descarnado y calizo,
para apagar su sed, bebe rayos de sol.

  ¡Piedras de los castillos, adobes de las casas,
mármoles de los templos, cera de los trigales,
oro de la leyenda y de la tradición,

   sacrosantos escombros convertidos en brasas
para los incensarios que en nuestras catedrales
ofrendan el incienso de nuestro corazón!

                                           Marciano Zurita

 

 

jueves, 19 de noviembre de 2009

            LA ALCAHUETA


Broté de una zahúrda de bandidos,
como despojo de carroña lleno,
y se meció mi cuna sobre el cieno
entre risas, blasfemias y gemidos.

De dos flácidos senos exprimidos
chupé la sangre del pecado ajeno,
y aquella sangre fecundó el veneno
de que fueron mis labios concebidos.

Sé engañar a doncellas y a galanes,
preparar lechos, atisbar zaguanes,
curar esposas y burlar esposos.

Soy una vieja hipócrita y ladina,
y, en estos menesteres licenciosos,
el vulgo me da un nombre: Celestina.

domingo, 8 de noviembre de 2009





LOS OJOS DEL HUERFANITO


Más que sus pálidas carnes,
ateridas por el frío,
me causan honda amargura
los ojos del huerfanito.


Son unos ojos azules
luminosos y tranquilos,
con inquietud de luceros
y solemnidad de cirios;


ojos llenos de sonrisas
y llenos de regocijo,
como hechos para las cumbres
y no para los abismos;


para ser aurora, no
crepúsculos vespertinos.
Menos los ojos, todo es
muy triste en el pobre niño,
tristes son las manos blancas
sus blancas manos de lino,
que no acariciaron nunca
con sus rosados deditos
el misterio de un juguete
ni las páginas de un libro;


tristes sus labios, que nunca
gustaron agradecidos,
ni besos como los hombres
ni dulces como los niños;
y su frente donde nadie
puso ternuras y mimos,
y su corazón, que dentro
de su pecho es como un nido
donde jamás gorgojeara
el ruiseñor del cariño.


¿Por qué, pues, si todo es triste
en el pobre huerfanito,
sus grandes ojos azules
luminosos y tranquilos
están llenos de sonrisas
y llenos de regocijo?


¡ay, cuánta pena me causan
los ojos del huerfanito!

Marciano zurita


Himno de Burgos


I


Cantemos unidos la insigne grandeza
de nuestra Castilla, de nuestro solar,
sus piedras sagradas que son fortaleza
y escuela y alcázar y trono y altar.
Cantemos a Burgos, tesoro bendito
que España venera con honda emoción,
robusto poema tallado en granito
cual timbre glorioso de nuestro blasón.


Aprendemos todos juntos
a cantar a nuestra tierra,
a leer en su pasado
y a labrar su porvenir,
a ofrendarle los cariños
que ardorosa el alma encierra
y a dejar bien cimentado
su potente resurgir.


II

Cantemos al campo que austero refleja
la enseña arrogante del pueblo español,
con sus amapolas de sangre bermeja
y sus cebadales bañados de sol.
Cantemos al campo fraterno y amigo
que colma con creces de amor nuestro afán,
que guarda en sus eras el oro del trigo
y lleva a las casas el oro del pan.


Aprendamos todos juntos
a estudiar en nuestro suelo
lo que debe ser ahora
y lo que ha de ser después,
y anhelantes encendamos
en la paz de nuestro cielo
la divina y blanca aurora
del mañana burgalés.


Tierra sagrada donde yo nací,
suelo bendito donde moriré,
yo te prometo consagrarme a ti
y dedicarte mis cariños,
mis cariños más fervientes,
mis cariños y mi fé.


¡ Salve, tierra adorada
de mis mayores!

¡Salve, tierra sagrada
de mis amores!

¡Salve! ¡Salve! ¡Salve!


                                                                          Marciano Zurita

                                                                 http://www.youtube.com/watch?v=qV8M_-rc858

sábado, 7 de noviembre de 2009

Marciano Zurita

Nació el 2 de noviembre de 1884 fruto del matrimonio de Abundio Zurita Menéndez y Pilar Rodríguez de la Mora. Su padre es fundador de "El día de Palencia".

Ingresa en 1895 en el Seminario de Palencia. De su paso por las aulas universitarias, licenciatura en Derecho y en Filosofía y Letras en Valladolid y Zaragoza, le quedará al jóven Zurita una bien amarrada cultura y una fervorosa voluntad de incrementarla y difundirla.

Colaboró en el periódico familiar y con 23 años se hace cargo de la dirección del mismo hasta 1911, "El Día" salpicado de versos, crónicas, cuentos...que llevan su firma o un seudónimo en el que esconderse ( jóse Lúis Menéndez, Francisco Bilbao, A. Hurtado, Leopoldo Gálvez, Carlos Mota, Ángel Toledo, P. Gómez Urquijo..), incluso llegó a escribir sólo, números enteros. Pocos días antes de morir decía: "En realidad yo no puedo considerarme palentino, sino burgalés. Por tal me tiene todo el mundo. La culpa no ha sido mía. Todos los alientos que me regateó Palencia, me los dió busgos, centuplicados...", su vinculación con Burgos arranca de 1907, cuando consigue la "Flor natural" por Las canciones de mi tierra. En 1912 contrajo matrimonio con la burgalesa María Dolores Souza y Souza.

En 1911 oposita para funcionario del Ministerio de Gobernación en Madrid, obteniendo la plaza con el número uno. Se instala en la calle Segovia, 57 1º, y el 9 de Julio de 1913 nace su hijo Rafael, el primero de los nueve que tuvo, que describía a su padre como "muy amigo de sus hijos, y demasiado generoso, y sobre todo muy trabajador y activo".

Pronto aparece su firma en varios diarios y revistas de Madrid. Colabora en el "Diario Universal" y en Prensa española, que además de "ABC" contaba con el semanario ilustrado "Blanco y Negro". En Madrid fundará una buena pila de revistas y diarios "El arrastre", "El dominó negro", "Ontiveros H.P."... que sólo sirven para fomentar su arraigada vocación periodística, servida por impetuoso vuelo poético.

En 1918, publica el Himno de Burgos junto con el maestro Calleja, Burgos le distinguío con el título de "burgalés ilustre".
sus amistades se reparten tanto entre el mundo de la plástica, Vázquez Díaz, Victorio Macho, Asterio Mañanós, Gil Vicario, Martínez Baldrio, como entre escritores, Benavente, Muñoz Seca, Enrique de Mesa, Emiliano Ramírez Ángel, Valle-Inclán, Emilio Carrere y Benito Pérez Galdós.

En 1923, Asterio Mañanós pinta el retrato de Marciano Zurita que su hijo Rafael Zurita Souza, regalaría al Ayuntamiento de Palencia el 5 de junio de 1984.

Fallece a causa de una tuberculosis pulmonar el 26 de enero de 1929, en el domicilio familiar de Diego de León, 59, 4º dcha., y es enterrado en el Cementerio de la Almudena.

Obras Publicadas

Media hora ántes. Monólogo en verso (1906)
El triunfo del silencio (1912)
La musa campesina (1913)
Pícaros y Donosos (1916)
Historia anecdótica de género chico (1920)
Castilla (1924)
La viña del señor (novela corta, 1925)