lunes, 23 de noviembre de 2009

                              XXIX
                          MADRID

  Carcajadas, piropos, pendencias y cantares.
Mucho sol, mucha gracia, mucha luz, mucha gente.
Abajo, como un siervo, el río Manzanares,
y arriba, como un rey, el palacio de Oriente.
  Dos cúpulas de fuego, San Andrés, San Francisco,
que evocan el recuerdo de los inquisidores,
y un agudo puñal de piedra, el Obelisco,
que habla de los chisperos y de los curtidores.
  En todas las ventanas un tiesto de claveles;
en todos los claveles la luz de una sonrisa,
y en todas las sonrisas un beso de mujer.
  Novios bajo los arcos de todos los dinteles,
chulos que van despacio, chulas que van a prisa,
el auto de un ministro y un coche de alquiler...

                                           Marciano Zurita
                               

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