I
Cantemos unidos la insigne grandeza
de nuestra Castilla, de nuestro solar,
sus piedras sagradas que son fortaleza
y escuela y alcázar y trono y altar.
Cantemos a Burgos, tesoro bendito
que España venera con honda emoción,
robusto poema tallado en granito
cual timbre glorioso de nuestro blasón.
Aprendemos todos juntos
a cantar a nuestra tierra,
a leer en su pasado
y a labrar su porvenir,
a ofrendarle los cariños
que ardorosa el alma encierra
y a dejar bien cimentado
su potente resurgir.
II
Cantemos al campo que austero refleja
la enseña arrogante del pueblo español,
con sus amapolas de sangre bermeja
y sus cebadales bañados de sol.
Cantemos al campo fraterno y amigo
que colma con creces de amor nuestro afán,
que guarda en sus eras el oro del trigo
y lleva a las casas el oro del pan.
Aprendamos todos juntos
a estudiar en nuestro suelo
lo que debe ser ahora
y lo que ha de ser después,
y anhelantes encendamos
en la paz de nuestro cielo
la divina y blanca aurora
del mañana burgalés.
Tierra sagrada donde yo nací,
suelo bendito donde moriré,
yo te prometo consagrarme a ti
y dedicarte mis cariños,
mis cariños más fervientes,
mis cariños y mi fé.
¡ Salve, tierra adorada
de mis mayores!
¡Salve, tierra sagrada
de mis amores!
¡Salve! ¡Salve! ¡Salve!
1 comentario:
Sí pinchas en el título, ves la letra y partitura original de Marciano Zurita y Rafael Calleja, restaurada en 2004 por el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Burgos.
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