sábado, 9 de enero de 2010

  SANGRE DE  LA RAZA

   Hay en los hoscos llanos de Castilla un solar
que fué en días remotos una noble mansión
y que el tiempo ha venido, profano, a derrumbar,
arruinándolo todo menos un paredón.
   Hay en el paredón una piedra sillar;
en la piedra, grabado, un sencillo blasón;
en el blasón, las armas de Díaz de Vivar,
y a los pies de las armas, vigilando, un león.
   Y hay en las viejas garras del león inquietud,
y fuego en su melena, y orgullosa altivez
en su acerada y noble mirada de adalid...
   Extranjero, no fies nunca en tu juventud.
Piensa prudentemente que no existe vejez
para el león...¡ Que aun muerto, fue vencedor el Cid!

                                 MARCIANO ZURITA

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