Colmenares carrioneses,
con qué amor vuestros panales
regaláronme sus mieles.
Con todas vuestras abejas
he ido formando el enjambre
de mi espiritual colmena.
El tomillo de mi vida
tiene en su tosco ramaje
dulzura de poesía.
Mis labios, como el romero,
respiran una fragante
suavidad de humildes versos.
Mi frente, como aurora,
tiembla con trinos de aves
y vuelo de mariposas.
En mi corazón se funden
todas las sonoridades
y todas las dulcedumbres...
Y es que a pesar de que el alma
viene hace tiempo empapándose
en lo amargo de las lágrimas,
aún guarda el pecho las mieles
que libé en vuestros panales,
colmenares carrioneses.
Marciano Zurita.
Blanco y Negro (Madrid). 04-09-1927
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/blanco.y.negro/1927/09/04/020.html
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